viernes, 27 de enero de 2017

RESISTENCIAS QUE NOS IMPIDEN RECONOCERNOS...



RESISTENCIAS QUE NOS IMPIDEN RECONOCERNOS:

Tenemos miedo de descubrirnos, de destaparnos sin trabas... tenemos miedo porque puede doler el echo de reconocer que quizás estábamos equivocados hasta este preciso momento, cuando hemos decidido dejar de ser como los demás y ser nosotros mismos, ser verdaderos o como a algunos les encanta llamarlo: ser auténticos.

Ahí se hospedan nuestras resistencias más profundas, las cuales además de impedir que seamos capaces de hablar con fluidez de nuestros talentos y naturaleza para atraer y generar así plenitud y abundancia, nos impiden imaginar una vida que realmente merecemos. Pero si estás aquí y leyendo esto es porque crees; crees en un sin fin de posibilidades y una parte de ti cree que es el momento adecuado para dar pasos distintos, también te digo que creer es el paso para crear y que crear es conectar con nuestra verdadera luz interna que nos ilumina allá donde realmente seremos dichosos.

¿Qué ocurre? Ocurre que, al menos en esta sociedad occidental, se han empeñado más en convencernos y hacernos partícipes de un circo donde no nos han enseñado a ser realmente nosotros mismos, ni siquiera se ha respetado nuestra naturaleza cuando eramos niños y al final hemos repetido patrones, hemos dado los mismos pasos que nuestro entorno e incluso hasta en alguna ocasión hemos podido llegar a renunciar a determinadas ilusiones para pasar más desapercibidos, porque por desgracia parece que si no eres igual que los demás al final terminas siendo etiquetado. Pero ¿sabes que cuando haces lo que realmente amas las etiquetas ya no existen? Porque las etiquetas son lo que utiliza esta sociedad para controlar, encasillar y castrar... librándote de ellas haciendo realmente lo que te transmite felicidad encuentras sencillamente un mundo más enriquecedor... ¡tu verdadero mundo!.

Por otro lado, al carecer de esa educación que nos reconozca con nuestra naturaleza sin intentar modificarla ni influirla, tampoco nadie nos ha enseñado a hacernos responsables de nuestra libertad interior y de nuestra capacidad de auto-exploración. En muchas ocasiones encontramos ese trabajo sin hacer cuando ya somos adultos, con algunas tareas pendientes de demasiados años sin prestarle atención, lo cual a veces puede resultar demasiado impactante, pero luego el trabajo no es tanto si se toma con filosofía, alegría y ganas. Viene muy bien integrarlo de manera que nos separe de cargas kármicas, espirituales o patrones que hemos repetido pero que realmente solo eran un resultado de esas resistencias a las que no eramos capaces de enfrentarnos, ni de deshacernos de ellas.

En ocasiones podemos experimentar, sobretodo al principio de este camino, una sensación de tristeza o de dolor, porque hacerse cargo de uno mismo puede resultar, sobretodo hasta que hacemos las paces con nuestras heridas, un poco impactante y trabajoso. Quizás es esta parte de crecer la que nos obceca con intentar conseguir soluciones rápidas, haciéndonos auto-convencernos de que con una pastillita mágica todo sanará, que con un abra-cadabra todo se arreglará... Sin mayor responsabilidad y voluntad... pero los trabajos del universo y del alma no funciona así, de hecho conforme más te integras con ellos y te sumerges en sus juegos más divertidos y sencillos te parecen "la práctica hace al maestro" y con esto del vivir funciona igual.

Amalia B.

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