martes, 28 de junio de 2016

El cierre de una etapa



No nos ahoguemos en el fango de las alucinaciones, pues realmente hemos cerrado un ciclo que parecía no terminar.

Del infinito a lo finito, del comienzo al final, debemos ser conscientes de que en la vida no hay un momento para descansar, por eso es VIDA y sigue adelante, por eso fluye con su energía, no se detiene, vuelve a empezar un camino nuevo nada más haber terminado otro y nosotras vamos con ella.

Debemos sentirnos orgullosos, hemos sido valientes, hemos tenido fuerza y coraje para enfrentarnos a nosotros mismos, en un proceso de separación con el entorno pero de descubrimiento propio con un valor incalculable. Hemos conocido el sabor del cónfort al lidiar con nosotros mismos y hallar la armonía, Ante esta calma, debemos mantener la conciencia clara, la tranquilidad y no dejarnos guiar por lo que demás crean que es mejor para nosotros, estamos experimentando nuestra propia vida y que así sea con errores y aciertos, pues ahí se encuentra el verdadero jugo.

Nos calma el alma la sensación de paz, si hemos seguido de cerca los pasos de los procesos energéticos, si hemos conectado desde el mismo nivel con los procesos artrológicos y los hemos aceptado sin juzgar, definitivamente nos debemos estar sintiendo ligeros, livianos, en paz, con dicha, conectado con lo que realmente nos mueve y teniendo una plena confianza por el mañana, aunque no sepamos que va a pasar, nos sentimos llenos de una energía creadora, capaz de romper cualquier barrera, que nos ha puesto en el camino grandes tesoros y personas en estos días, semanas y meses cercanos. Ahora, la incubamos con tesón, dará frutos no dentro de mucho pero para poder saborearlos debemos planear, ser organizados en diferentes ámbitos de nuestra vida, sobretodo en el ámbito personal. No dejar que nuestras emociones turbias y las ajenas destrocen parte de lo construido, debemos ser más observadores que participes, estamos creciendo como crecen las semillas y ellas no se involucran más que consigo mismas.

Este camino de exploración nos lleva a dos caminos diferentes, cada uno elegirá cuál recorrer primero según sus propias habilidades y herramientas, son caminos que al final se complementan y nos vuelven UNO con nosotros.

Por un lado, nos proponen tomar todo lo heredado, esos buenos valores, esas fotos, esos recuerdos que enriquecen el alma... y con ello sentirnos en consonancia con la abundancia misma, somos privilegiados, estos son los mejores tesoros del mundo. Aquí se esconde un don que nos quieren transmitir, el don de la verdadera observación. Como comentaba antes, estamos en crecimiento, como la semilla de un árbol que al principio solo observa su entorno antes de obtener toda su grandeza... Debemos hacer lo mismo, antes de consolidarnos con esa parte tan enorme de nosotros mismos, observemos al rededor, los pequeños y tan importantes detalles, desde una flor creciendo en el arcén hasta una palabra de aliento en un momento donde nos sintamos desanimados... el universo solo nos dará más cuando veamos estas cosas como lo más grande la vida misma.

Por otro lado, el otro camino que nos espera, aprendamos a usar nuestros propios recursos sin tener la necesidad de estar llamando a los demás, debemos darnos margen si realmente algo nos ahoga, por eso debemos aprender a trabajar y dominar un juicio sano sobre aquello que nos ocurre ¿realmente no podemos vencer solos ese obstáculo? Si el corazón dice que no, será que no, pero si dice que sí y de fondo se escucha al miedo, será momento de apartar al miedo para saber realmente lo que significa la pasión de la vida. La pasión de la vida es la fuerza del animal que solo se descubre a si mismo en la naturaleza salvaje sin depender nada más que de su propia fuerza, su propia conexión y sobretodas las cosas su propia voluntad, autoestima y confianza. Seamos como un lobo solitario o como un tigre, conociendo realmente donde ponemos nuestros pies y sin la necesidad alguna de tirar de nadie para salir adelante, los lotos no dependen de nadie y emergen solos de los lodazales.

No dejemos que nadie nos robe nuestra propia fortaleza, ni tampoco hagamos eso con los demás, debemos ser honestos. Hacernos cargo de las responsabilidades propias sin huir porque el peso de la culpa es la peor condena de todas y tomarnos los éxitos y los fracasos como estados temporales de conciencia y aprendizaje, están sin estar y existen para enseñarnos. Es momento de valorar quien realmente juega de manera sucia con nosotros y si nosotros tenemos esa clase de actitud con los demás, aunque sea inconscientemente en un estado de crisis donde podamos volvernos manipuladores emocionales. No pasa nada si vemos algo de eso en nosotros, no pasa nada si nos responsabilizamos de ello sin castigarnos, la vida no quiere que nos fustiguemos, se conforma y nos premiará si somos capaz de tomar conciencia y no repetirlo, si somos capaces de aprender de ello.

Este es el cierre de esa etapa vivida y el comienzo de otra que la sigue de cerca, es el sabor de victorias y también el goce de sentirnos dichosos con tan grandes mensajes para el alma.




Amalia B.

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