lunes, 13 de marzo de 2017

TAROT: Abraza tu sombra y proyecta tu luz.


Cuando el tarot trabaja a través del amor, nos introduce en un camino compasivo rebosante de realidades sobre las cuales deberemos ponernos manos a la obra.

En este sentido, el tarot es un guía que nos ilumina. Puede sacar a la luz nuestras mayores incomodidades, molestias, quejas habituales e incluso patrones que nos hacen perder estabilidad emocional y energía. Todo esto puede formar parte de nuestra sombra, llamemos a esta sombra "sombra rutinaria".

La "sombra rutinaria" está compuesta por patrones que podemos realizar a menudo y que tenemos tan integrados que hasta nos resulta imposible admitirlo como algo tan negativo, sin embargo si alguien nos lo señala saldremos rápido a la defensiva y pondremos cara de sardina mustia.

Cuando en una consulta ocurre esto, existen dos vertientes diferentes, la primera es que la persona que pregunte tenga la suficiente valentía de hacerse cargo y admitirlo, la segunda es que salga despavorida como si hubiese yo hubiese visto lo peor de si misma (y nada más lejos de la realidad). ¿Quién soy yo para juzgar las sombras de otros? Si yo misma estoy compuesta por mis necesarias sombras, mensajeras y maestras de esta realidad terrenal y espiritual. 

Supongo que debido a esto el tarot puede llegar a ser tan juzgado, seamos un poco sinceros, en este mundo anhelamos un camino fácil y por ello proyectamos nuestras intenciones en soluciones rápidas, dicho con otras palabras, por ejemplo, preferimos tratarnos una ansiedad a base de pastillas antes que optar por un cambio de actitud y un trabajo de fortalecimiento y reconocimiento. Así se encuentra más de la mitad de la población occidental, con esa venda en los ojos cualquier herramienta que intente quitártela desde una actitud rebosante de buenas intenciones y que te haga responsable de ti mismo va a ser teñida de una herramienta destructiva y negativa, porque te va a hacer sentir molesto dentro de tu propia piel hasta que lo soluciones, sin embargo pensamos que es mucho más fácil estar medio dormido, en ese estado no sentimos ningún tipo de carga.

Una parte de la representación de los arcanos hace referencia a la transformación en base a poner intenciones adecuadas, reorganizar la mente y cambiar las proyecciones. El tarot trabaja mucho con la percepción de nosotros mismos y en este sentido también es un gran amigo de plantearnos otros modos de ver las cosas. Nos da otra perspectiva de las cosas, alejada de juicios y de ideas preconcebidas, entre otras cosas hace consciente la sombra de nuestras creencias y muchas veces estas creencias necesitan un cambio, una remodelación en base a una realidad más poderosa y que nos lleve al lugar que nos corresponde. 

Cuando no nos hacemos cargo de estos trabajos, comenzamos a avanzar en ciclos repetitivos. Es cierto que todas las vivencias tienen su funcionalidad como cíclicas, el problema se encuentra cuando se repiten constantemente los mismos ciclos y esto nos lleva a cronificar unas vivencias y a revivirlas siempre desde el mismo punto de nosotros mismos. En este sentido, cuando consultamos las cartas siempre nos van a orientar y guiar, quizás nos den un "¡alto!" o nos digan "¿has pensado que por donde vas no te ayuda?". 

Parte de la importancia de aprender a leer el tarot es precisamente encontrar nuestras habilidades para lidiar de una forma constructiva y sana con las partes que componen nuestra sombra y la sombra de la sociedad, de la que también formamos parte. Nosotros debemos ser el cambio que queremos ver en el mundo, por ello tenemos esa innata capacidad para crear, para generar desde cero y sobretodo para retomar nuestro camino espiritual-terrenal haciendo de él una experiencia inolvidable y convirtiéndolo en un registro enriquecedor para la evolución de nuestra alma. 

El tarot siempre te va a mostrar estas partes de ti desde una perspectiva rebosante de amor. Te indicará pequeños ajustes para ayudarte a observarlo de otra manera y sobretodo trabajará contigo en relación a no sentirte culpable una vez que seas capaz de reconocer lo que está a tu alcance y esperando a tus indicaciones para ir modificándose. 

Si no tuviésemos una parte de sombra, no podríamos tener una parte de luz. Esto no es una justificación para no trabajarla, porque no trabajar la sombra puede llevarnos a ser todo sombra, esto es una realidad para sentirnos más libres y entender que siempre estamos lidiando en esa frontera y que solo de nosotros depende, comprender desde la confianza que este tipo de trabajo depende solo de nosotros y que hacerlo correctamente va a tener unos resultados reales que nos harán sentir más conectados con el mundo y con nuestra realidad, la realidad real que merecemos y que seguramente todavía no estamos viviendo, nos ayudará a vernos de una manera más ligera, a mi personalmente me pasa así. Gracias a Dios que mi trabajo con la sombra solo depende de mi, de esta manera sé que lo voy a hacer bien, de esta manera sé que estoy en ello, de esta manera mi compromiso es solo mio y eso me hace sentir más cerca de mi misma y más cerca de mi propia luz. Este pacto y este acercamiento me llevan a una sensación de calma, porque sé que a mi ritmo y con los pasos adecuados, lo voy logrando poco a poco y comprendiendo que son procesos para toda la vida, que van cambiando de forma y que la sombra también es un componente imprescindible para ser la persona que soy. 

Amalia B.
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